Descripción

Convertidor de sonido transmitido por estructuras IBeam VT-200

Imagínese que pudiera escuchar, sentir y experimentar música y películas, como en la realidad. El IBEAM ha sido diseñado precisamente para esto y continúa donde todos los sistemas de alta fidelidad se han detenido hasta ahora: con el ruido transmitido por estructuras que siempre lo acompaña. El IBEAM representa un salto cuántico en el campo de la reproducción de sonido transmitido por estructuras, haciendo que la música y el sonido sean terriblemente reales. Puede experimentar el sonido como nunca lo ha sentido, independientemente del volumen y la fuente.

Con el IBEAM en un sistema, el tantas veces anhelado “justo en el medio, en lugar de solo estar ahí” no es un eslogan publicitario vacío, sino que lo resume a la perfección.

¿Por qué es eso?

Bueno, solo mira esta imagen e imagina cómo sonaría el tren solo a través de los parlantes. No se trata de replicar un tren en la sala de estar (por la frecuencia con la que eso sucede). Este ejemplo de ruido propagado por estructuras, que conoce de la realidad, solo pretende explicarle intuitivamente por qué cualquier sistema de altavoces sin ruido propagado por estructuras solo puede ser una aproximación del original.

Debido a que solo el sonido del aire se reproduce solo con altavoces, es por eso que su oído siempre notará que es solo "HiFi" y no "en vivo".

El ruido transmitido por estructuras está presente hasta bien entrado el rango medio y la gente siempre lo percibe (aunque inconscientemente) junto con el ruido aéreo.

Esto no es un truco: el cuerpo humano absorbe el sonido a través de los oídos y del cuerpo (hasta aprox. 800 Hz) y luego entrega ambas señales al cerebro, que "calcula" la información sonora de ellas. Puede sonar un poco complicado, pero todo se ejecuta de forma completamente automática. Este conocimiento no es nuevo en sí mismo, pero hasta ahora no había ninguna tecnología que permitiera ni remotamente esto con este nivel de realismo.

El IBEAM es un transductor de sonido que es capaz de reproducir el ruido transmitido por estructuras de forma tan realista como ocurre en la realidad. Todo esto no tiene absolutamente nada que ver con agregar "vibraciones" como lo hacen los llamados agitadores de bajos. No importa si es un contrabajo, un piano de cola o el propio cantante: además del ruido aéreo, todas estas fuentes siempre generan ruido estructural, que se transmite al oyente a través del suelo. Esta información falta solo en los altavoces, siempre. Es por eso que necesita una tecnología que pueda seguir estas señales sin fallas y luego pueda transmitirlas sin pérdidas o su propio sonido. Y precisamente para eso se diseñó el IBEAM.

El sano escepticismo es el principio de todo lo bueno: “Otros también quieren reproducir ruido estructural”, se podría pensar. Eso es cierto, pero con una diferencia: generalmente hacen algo: vibrar, agitar u otros efectos.

El IBEAM no se puede comparar con ninguna otra tecnología: permite que la música suene con una precisión y un realismo sin precedentes, puede reproducir ruido estructural desde frecuencias ultrabajas hasta el rango medio, e incluso hasta el rango de agudos con algunas reservas. Y exactamente en la frecuencia, velocidad y volumen que esté disponible.

El IBEAM no genera sonidos estimulando las moléculas de aire como la membrana de un altavoz, sino la energía cinética que emite el objeto montado. La parte de su cerebro que forma lo que escucha del evento de sonido con la ayuda de sus sensores acústicos "oídos, esqueleto y piel" luego interpreta esta señal como sonido más ruido transmitido por la estructura debido a su pureza: lo llamamos "sonido, no sacudiendo™” ('sonido, y no sacudido'). Y eso es exactamente lo que la distingue de todas las tecnologías conocidas anteriormente. Junto con los altavoces, el IBEAM permite por primera vez la observación de la reproducción del sonido como siempre ocurre en la realidad: ruido transmitido por estructuras más ruido aéreo, sincrónico y lineal.

Por ejemplo, los eventos de sonido de baja frecuencia se pueden experimentar por primera vez con una precisión que no es físicamente posible con los altavoces solos. Puede leer por qué esto es así en PREGUNTAS Y RESPUESTAS.

Pero también puede verlo de una forma completamente diferente y mucho más sencilla: con el IBEAM, la música y las imágenes son simplemente más divertidas.

Para al menos comenzar a experimentar el ruido transmitido por la estructura con los altavoces, anteriormente solo había una posibilidad: debe conducir a volúmenes altos y muy altos, que luego estimulan el cuerpo para que vibre a través de la excitación del aire o mediante resonancias, que en el por un lado, es simplemente simpático y post-vibración descontrolado, y por otro lado, daña la audición. Y, sin embargo, nunca puede acercarse al resultado de un IBEAM, porque el ruido transmitido por estructuras debe generarse de la misma manera que el ruido aéreo.

El siguiente ejemplo explica cuán importante es la diferencia entre el ruido transmitido por estructuras generado activamente (que se pretende reproducir como parte de la grabación) y el ruido transmitido por estructuras generado pasivamente (por ejemplo, el zumbido sobre el piso):

Los parlantes de piso, por ejemplo, también producen "ruido transmitido por la estructura" que se emite al piso, que son simplemente resonancias del gabinete transmitidas a través de sólidos. El resultado es un bajo impreciso y borroso, un dilema fundamental y, a menudo, una sala en auge. Esto generalmente se contrarresta desacoplando con absorbentes o picos, que también es muy importante y correcto.

La situación es completamente diferente con el ruido transmitido por estructuras generado de forma activa y precisa a través de IBEAM. El sonido gana espectacularmente en potencia, precisión y transparencia. Por cierto, la reproducción del sonido se puede experimentar clara y claramente como nunca antes se había escuchado. No se puede determinar una repercusión similar a la de los altavoces no desacoplados.

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